lunes, 8 de noviembre de 2010

Cape cod kwassa kwassa.

El trabajo se vuelve mas arduo cuando se cruzan las sonrisas y los brillos en los ojos, entonces se cogen las manos y hay que buscar un nuevo paso. Todos pegados y felices, por el simple hecho de estar ahí, sin ningún pensamiento negativo que se les cruze por la mente. Les envidio verdaderamente.
A veces la ignorancia es buena.
Y, sin embargo, te puedes encontrar huecos en los que hay una persona solitaria y gris, que por las mañanas se anuda fuerte una corbata al cuello, símbolo de lo que le pasa por la cabeza. Solo él, y el bien mundano y frió.
Cuando se pasa al lado de alguno, mejor evitarlo. No sentiré celos nunca de estos seres.
Y el ser, proyecto de persona, o mejor dicho, YO, cruzo entre la gente, sorprendida por sus faltas.
Pero YO se da cuenta de su mal. Y llora, porque no puede ser como ellos: Sin preocupaciones, ya que piensan que es demasié.
Ellos a mi me halagan por mi capacidad, pero YO calla. Le encantaría cambiar su ser por ellos.
Evadirse de todo, dejarse llevar...Todo sería magnífico.
Pero ya es demasiado tarde, YO no puede cambiar, han sido muchos años. Si pudiera al menos su actitud.
Y ve que hay una persona que como ella, tiene problemas. Pero esta es perfecta para YO. Y mira a ese ser completo y se pregunta como puede tener preguntas y confusiones.
YO se sienta con ella a esperar, y a lo mejor le dirige una palabra, aunque quizás no haga más que eso.

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